Como primer contacto con el
postgrado, al que además de los alumnos asistieron parte de los ponentes que
tendremos durante el curso, y después de la presentación y explicación del
funcionamientos del mismo, se llevó a cabo una conferencia a cargo de Ignacio
Morgado. Morgado expuso con un estilo moderno y ameno, me
recordó en algún momento a las conferencias norteamericanas tipo “coaching”,
muy de moda últimamente por el entusiasmo que transmiten. Seguidamente expongo
algunas de las ideas y anécdotas que fue relatando este ponente, y que más me llamaron
mi atención.
Para Ignacio Morgado, la mente
no es un producto del cerebro, decir esto sería como decir que el movimiento es
producto de la rueda. La mente, el pensamiento, las emociones... son funciones
del cerebro, y
todo está relacionado en los procesos que se llevan a cabo en nuestro
organismo.
Las emociones son cambios en
dónde no interviene sólo un elemento, el sistema nervioso autónomo, el sistema
endocrino, la postura corporal, las glándulas suprarrenales, la adrenalina...
son muchos los elementos que participan de nuestras emociones.
“La adrenalina no es una cosa
que no se tenga que eliminar como si fuera algo escatológico”.
“El detector de mentiras es una
gran mentira: puede detectar si una persona está emocionada, tiene miedo, etc.
pero no puede saber las razones de estas emociones”.
Las emociones son producto de todo nuestro
organismo, y son inconscientes.
Los sentimientos son fruto de nuestro cerebro,
luego son conscientes.
La principal función de las
emociones es una función protectora.
La amígdala, situada en el
lóbulo temporal, es la que dispara el automatismo, la respuesta emocional.
Las emociones concentran nuestra
atención y dirigen nuestro pensamiento.
La comunicación emocional es
precisa y rápida: expresiones faciales, tonos de voz (prosodia), posturas
corporales, insinuaciones sutiles... son capaces de transmitir un mensaje más
claro que las palabras.
Tenemos pues, 10 elevado a 15
terminaciones nerviosas que nos ayudan a sobrevivir, pero también a discriminar
qué es importante y recordarlo.
La adrenalina tiene una función
muy importante, “calienta el horno” cuando es liberada.
La capacidad para recrear emociones
a partir del pensamiento nos ayuda y capacita para tomar decisiones, cuando evalúo opciones pienso
cómo me sentiré con éstas.
El caso Phineas Gage (1848)
Después de un accidente que le
dividió el cerebro racional del emocional, el comportamiento de Gage fué
totalmente instintivo, su cerebro emocional dominó al cerebro racional.
No hace falta que se divida el
cerebro para que el caso comportamiento de Phineas se reproduzca; en
situaciones extremas parece ser que el celebro emocional también se impone.
Morgado hace referencia a los casos del hundimiento del Titanic y del
Lusitania, parece ser que en el Titanic se salvó mucha más gente debido a que
hubo tiempo para planificar la evacuación (más de dos horas), según Morgado en
el Lusitania, que tardó sólo 20 minutos en hundirse, las mujeres y niños no
llegaron a tener preferencia...
Cuando las opciones son
complejas, tenemos que ausmir que después de decidir surgirá la duda. Aquí
Ignacio morgado explica la anécdota de un estudio sobre el hecho de tomar de
decisiones que se llevó a cabo con unos estudiantes que debían escoger un coche
con diferentes cantidades de tiempo para decidir. Los resultados reflejaron que
las elecciones dónde había una mejor relación calidad/precio se dieron en
personas que sólo tenían 15 minutos para decidir.
Conclusiones que expresó al
final de su exposición:
Sentir las emociones de forma
adecuada es equilibrarlas con la razón. El equilibrio emoción/razón es un
importante componente del bienestar.
Tener inteligencia emocional es
saber usar la razón para gestionar mejor las emociones.
Tengo que decir que encontré la charla muy amena por la cantidad de anécdotas que se expusieron, aunque no
acabé de identificar bien el esquema o los objetivos de la sesión, puede que se tratara simplemente de sensibilizar al publíco. Creo que no me dejo mucho cuando resumo que la exposición consistió en un pequeño esbozo
de cómo funcionan nuestras emociones, para seguidamente llegar mediante
anécdotas y premisas (algunas a mi juicio rozando el cliché) a una conclusión final: hace falta mas alfabetización emocional (?). Cierto es que fue muy emocional, y
que se dice que lo emocional perdura más en la memoria, aunque eché un poco de
menos algo más de rigor científico en esta primera sesión, la última oportunidad antes de cerrar y pagar, o no, el postgrado.
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