Entramos a la sala, cómo no,
descalzos, y Josep nos hace una pequeña introducción a la sesión, introducción
que me perderé en gran parte porque alguien a quien he preguntado por el
gimnasio me ha mandado al SAF, como a un kilómetro a pie de donde debía estar.
El objeto: lanzar y recoger
Esta sesión tratará la relación
con el objeto, y se jugará a juegos en los que intervienen un tipo de acciones
muy común en la interacción de los más pequeños con el mismo: lanzar y
recoger. También es el primer contacto a nivel corporal con el grupo, y será
interesante observar las interacciones que se producen en la sala.
Hemos empezado a jugar
libremente con la pelota, poco después Josep ha ido introduciendo algunas
consignas que nos ayuden a desinhibirnos, como botarla fuerte, con un grito,
lanzarla alta, jugar con ella sin emitir ningún sonido... Después ha propuesto
que juguemos por parejas a lo que queramos con la pelota, luego por grupos
pequeños, más grandes...
Josep divide el espacio en dos y
se forman dos grandes grupos. El juego consistirá en lanzar la pelota al campo
contrario, de manera que en tu campo quede el menor número de pelotas posibles.
Aquí tendré la suerte de dar una patada a una pelota que creía de espuma y
resultó ser de baloncesto, cumpliéndose el mal presagio, y tronchándome el
pulgar del dedo derecho, que me estará doliendo durante al menos un par de
meses cada vez que lo flexiono. Definitivamente, mezclar pelotas de espuma con
pelotas más pesadas no es una buena idea.
Jugamos después a lo contrario,
recoger pelotas, ahora el grupo deberá recoger el máximo número de pelotas
posibles. Se deja un par de minutos para que cada grupo desarrolle su
estrategia. Después empieza la “batalla”, se producirán escenas donde la fuerza
está presente, y aunque no se observe violencia, es relativamente fácil que una
masa tan grande de gente con diferentes vectores de fuerza acabe con algún
moratón, arañazo o contusión (no fui el único en lesionarse ese día).
Josep piensa que siempre que se
hace un juego se ha de hacer el otro, es decir, los juegos deberían tener
siempre su contrario.
Una vez se acaba el juego se
propone buscar con la mirada a la persona con la que has luchado más en el
juego anterior, una vez encontrada, haremos un masaje con la pelota de espuma
el uno al otro por turnos. Cuando se acaba el tiempo, escribiremos un breve
texto en el que reflejaremos lo que hemos sentido durante el masaje y se lo
comunicaremos al otro. También nos explicaremos mutuamente, y también
brevemente, nuestra pequeña historia, qué nos ha traido aquí.
Este fué mi escrito después del
masaje:
El tiempo ha pasado muy rápido,
he sentido descarga emocional, las tensiones de una semana dura han venido a la
cabeza para pasar de largo y marchar volando. He sentido a mi compañera, Anna,
con confianza y ternura, me ha ayudado a recuperar la respiración y la
conciéncia de los músculos de mi cuerpo. Han habido también momentos cómicos
donde Anna movía la pelota de manera más juguetona, al menos lo he sentido así
en los brazos y la cabeza.
Cuando yo le he hecho el masaje,
he sentido mucha responsabilidad y un poco de inseguridad. He optado por
hacerlo como me gustaría que me lo hicieran a mí, enérgico y estirando los
músculos, gran error por mi parte, ya que no he prestado atención a su
respiración ni a su respuesta corporal... después Anna me dirá que prefiere más
suavidad. Ops!
En esta sesión también hemos
escrito un pequeño texto sobre nuestros sentimientos durante la misma. Cómo nos
hemos sentido relacionándonos con la pelota, con los demás, durante la
relajación... Yo escribí más o menos esto:
Siento que toco con la punta de
los dedos la paz, que estoy a punto de alcanzarla pero que si la persigo se
escapa; si la observo y espero se acerca, si respiro y dejo caminar al
tiempo... Pero soy impaciente, y en vez de tender la mano, la estiro para
cogerla. Gran error!
Comentarios al final de la
sesión.
-
¿Hemos
mantenido una actitud corporal “disponible”?
-
Las
sesiones con niños siempre tienen una parte de juego y otra parte de expresión
plástica, verbal, escrita...
-
Grupo:
reflexiones sobre la necesidad de individualidad y de formar parte de un grupo.
Un grupo cohesionado es aquel que refuerza las individualidades, aunque tenga
una identidad. No cabe duda de que hay grupos alienantes en cualquier sala de
Psicomotricidad, como los hay en el mundo exterior.
-
“Hoy
es importante reflexionar sobre la relación que se establece con los objetos”.
El objeto, yo y el grupo.
He observado timidez,
acaparaciones, afirmación, descarga emocional, proyecciones, transferencia...
Es dificil interpretar todo ello, pero diría que tiene mucho que ver con la
construcción de la identidad y la reafirmación del yo.
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