jueves, 1 de septiembre de 2011

En cuanto al bloque "Expresividad motriz del adulto".


La expresividad motriz del adulto es otro de los platos fuertes que ofrece este postgrado. Tanto las pocas ponencias teóricas como las sesiones prácticas de trabajo corporal han profundizado mucho en el sistema de actitudes del psicomotricista.

Como se puede comprobar el grueso de este bloques lo ocupan las sesiones de fin de semana bajo el subtítulo de Trabajo corporal: formación práctica. Profundicemos a partir de esta idea:

Evidentemente no se puede negar que la formación práctica ha estado, se ha trabajado incansablemente el sistema de actitudes del psicomotricista a partir de la práctica, a partir de la interacción en los dispositivos de Psicomotricidad que se montaban y en tantas otras dinámicas; la metodología Aucouturier ha estado más que presente durante las sesiones con Montse Anton y Josep Roca. Todo lo que hacíamos y sentíamos los adultos se relacionaba con la expresividad motriz del niño, con los fantasmas y engramas de acción, con las angustias y el placer, con anécdotas y experiencias vitales de los profesores con niños o con proyectos en los que han trabajado, con las dinámicas grupales en Educación Infantil... Se puede decir que el proceso de transmisión del sistema de actitudes y el conocimiento de esta manera de concebir la Psicomotricidad han sido transmitidos de manera muy enriquecedora. 

Veamos ahora ¿qué hay de la expresividad motriz del adulto? ¿Realmente nos hemos “mojado”? Pienso que nosotros los alumnos, adultos a los que iba dirigido este bloque no del todo, digamos que como media al 50 %, más o menos hasta la cintura, sin acabar de llegar al vientre, ni a las vísceras para ser más precisos (que sea “como media” quiere decir también que algunos días estábamos al 90, pero otros al 20). Montse y Josep nos han hablado mucho de la propioceptividad, se que la han trabajado con conciencia, bastante. Los diversos juegos en los que se vendaban los ojos, las dinámicas donde se trabajaba en grupo sensorialmente, los juegos de oposición... aun así había muchos momentos en que la participación era algo pasiva. Josep Rota nos ha hablado en algunas ocasiones de no insistir en la parte simbólica cuando no ésta no acaba de funcionar, que es mejor volver atrás... no es que yo piense que la parte simbólica falle con nosotros, recuerdo un par de sesiones en las que el placer estaba más que presente en el aire, pero había momentos por ejemplo en que no, o que en general no nos entregábamos a la actividad... por ello que, digamos el juego sensoriomotor, y el juego “presimbólico” en adultos se podría haber trabajado más. Las interacciones entre personas y en el grupo en algunas ocasiones denotaban cierta vergüenza, pudor, cansancio... se decía bastante que estábamos cansados, o que no habíamos dormido bien la noche anterior (los sábados)... y ahora es cuando yo como mis profesores, relato mi experiencia vital relacionada con lo que estamos trabajando: practico Ashtanga Yoga desde hace un par de años, la practica es dura y disciplinada, el esfuerzo físico y mental intenso... Casi dos horas sin perder el ritmo atento y sereno de la respiración, la mirada, la atención a tu cuerpo, a la gravedad y otras fuerzas internas y externas, a la fuerza en los músculos que trabajan y la relajación en los que no trabajan en cada postura y movimiento, a vaciarse para sentir el Ahora. Es dura también porque es una práctica muy tradicional, donde siempre se realiza la misma serie, no hay lugar a cambios ni variaciones, ya que se trata de que el que cambies seas tu, que dejes de resistirte a ti mismo... no siempre comienzo mi práctica en óptimas condiciones, de hecho a veces estoy agotado física y emocionalmente, pero es fascinante cómo después de dos horas de sudor, concentración y esfuerzo mi cuerpo, y mi percepción propia y del mundo me agradecen el regalo que me he hecho. Ahora no voy a decir que deban introducirse sesiones de Ashtanga en el postgrado, da igual lo que sea: yoga, gimnasia, antigimnasia, más expresión corporal y danza, pilates, bailes africanos... lo que sea que se estime conveniente para que el trabajo corporal en adultos de este postgrado profundice más en cuanto a la propioceptividad de los mismos. Josep Roca nos ha hecho algunos ejercicios de estiramiento algunas mañanas, y también Joan Serra ha aportado mucho en este sentido sin ser este su bloque temático... creo que el curso es lo suficientemente largo para dar más cabida, sobretodo en estos tiempos que corren, a un mayor trabajo en este sentido. Por otro lado, y para acabar con este tema, hemos hablado mucho de los que sentíamos en tal o cual actividad, relacionándolo enseguida con la práctica psicomotriz con los niños, a veces esto ha sido repetitivo y se ha olvidado precisamente que el bloque temático trataba del trabajo corporal del adulto, y que quizá no hemos profundizado lo suficiente en el diálogo entre adultos sobre lo que pasa a los adultos, tampoco diré ahora que convirtamos este bloque en un grupo de autoayuda... Montse Castellà profundizó bastante en esto, cuando al final de la sesión del 19 de marzo hablamos de nuestras representaciones, hablamos de nosotros, de nuestras emociones sin prisa ni tiempo, y creo que todo el grupo estará de acuerdo en que salió renovado de esta sesión y siendo mejor psicomotricista, en especial una compañera que recibió el apoyo y la escucha de todos y todas, muy lejos del "con todo el cariño, deberías mirarte esto" de otra sesión... Josep Roca nos decía que había que dedicar cada una sesión a una persona, yo dedico estas reflexiones a esta dulce compañera.

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